Virgen Purísima, Santísima Madre
del Niño que en Belén nació,
y sufriente Madre del Hijo de Dios
que en la cruz murió!
Santísima Madre,
que a Jesús diste a luz
y desde ese mismo instante,
nuestra Madre también.
Purísima Concepción,
Madre de todos los seres,
pues tu bondad divina,
bendice cada aurora,
bendíceme a mi niño enfermo,
y procúranos el remedio
para que recobre la salud.
¡Oh Santísima Madre,
toma a mi niño en tus brazos
pues tan solo con tu roce
el solito sanará!
Déjame ofrecerte una rosa,
y una vela encendida
como signo de mi amor,
y de la fe que en ti tengo,
pues soy madre desconsolada,
triste, desesperada,
y sé sin lugar a dudas
que en ti, mi niño querido,
encontrará su curación.
Amén
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