Pues de Cristo esposa amada sois,
Y de todos consuelo,
Dadnos socorro del cielo,
Águeda, santa abogada.
Valiente ilustre amazona
Que con el pecho cortado
En la batalla has ganado
Palma, triunfo y corona,
Y el mismo San Pedro en persona,
Vino a curaros la llaga,
Dadnos socorro del cielo,
Águeda, santa abogada.
A la mujer que os implora,
De mal de pecho herida
La remediáis condolida
Si ante vos ora,
Y por vos noble Señora,
Queda libre y consolada.
Gloriosa Santa Águeda,
Virgen y mártir.
Tú eres la cristiana fiel
Que supo entregarse a la fe sin reservas
Y entregar su vida sin reparos ni miedos.
Admiramos tu valentía y fortaleza
En la confesión de la Fe
Y en la defensa de la pureza.
Sabemos que proteges
Con especial fervor
A cuantos a ti acuden,
Que extingues los ardores de la concupiscencia
En tus devotos y que libras
De los desastres del fuego.
Muéstranos tu patrocinio.
Alcánzanos de tu Dios
El caminar por la vida
Con tu misma fidelidad y fortaleza.
Te lo suplicamos por Jesucristo
Nuestro Señor.
Amén"