Cuando salgo de mi casa
para ir a comulgar
voy en busca de mi Dios
y no lo puedo encontrar.
Subo las gradas arriba
y me lo encuentro en el altar
y le digo:
Hermoso Cordero
hermosísimo Galán
dame sangre de tu pecho
que es lo que vengo buscar.
Tengo un rosal en mi pecho
con hojitas de humildad,
¡baja Palomita blanca
cortando los vuelos
que voy a recibir,
al mismo Rey de los cielos!.
¡Ya suenan las campanitas
ya viene el rey de los cielos
a tomar la comunión
que es lo que yo quiero!
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