Reina del Cielo, alégrate,
¡Aleluya!
Porque el que mereciste llevar en tu pecho;
¡Aleluya!
Resucitó como dijo:
¡Aleluya!
Ruega por nosotros a Dios;
¡Aleluya!
Gózate y alégrate, Virgen María.
¡Aleluya!
¡ Oh, Dios! que te dignaste alegrar al mundo
por la Resurrección de tu Hijo,
Nuestro Señor Jesucristo;
concédenos, te rogamos,
que por la mediación de la Virgen María, su Madre, alcancemos los gozos de la vida eterna.
Por el mismo Jesucristo,
Nuestro Señor.
Amén.
La leyenda atribuye al menos las primeras tres líneas
de esta oración de Pascua a San Gregorio el Grande en 604, cuando oyó a los ángeles cantar las primeras tres líneas.
La oración ha sido tradicionalmente ofrecida
durante la temporada de Pascua.
Se reza desde el Domingo de Resurrección
hasta el domingo de la Trinidad
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