Oh! piadosa enamorada del Salvador,
espejo brillante y vivo ejemplo
de verdadera conversión
y sincero arrepentimiento;
regla y modelo de la vida contemplativa,
que durante treinta y tres años
vivisteis en la soledad,
ignorada del mundo
y escondida a sus miradas,
gustando los movimientos interiores
y suaves afectos del amor divino.
encontrabas tu amor,
tu paz y tu consuelo,
que merecisteis anunciar a los Apóstoles
la Resurrección de nuestro Redentor,
alcanzadme que merezca una centella
de aquel amor ardiente que tuviste a Jesús
y la gracia de morir invocando
los dulcísimos nombres
de Jesús y de María.
Amén
Si estas en aflicción, sufrimiento, dolor,
en mala situación, y estás llorando,
coge tus lágrimas y se las untas
a una vela blanca en forma de espiral,
las comúnmente utilizadas para los candelabros
y se la enciendes
a María Magdalena y al Sagrado Corazón de Jesús
y rezas esta oración,
3 Padre nuestro, 3 Ave María y 3 credos
y pide con fe,
abre tu corazón y verás la respuesta.
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