Préstame Madre tus pensamientos,
e ilumina mi mente con la luz de tu sabiduría.
Préstame Madre tus ojos,
Préstame Madre tus ojos,
para con ellos mirar, si con ellos miro,
nunca volveré a pecar
Préstame Madre tus labios,
Préstame Madre tus labios,
para con ellos orar,
para poder comulgar,
para poder perdonar
y cambiar mi corazón de roca por uno celestial.
Préstame Madre tus manos, para poder trabajar,
Préstame Madre tus manos, para poder trabajar,
si con ellos trabajo, rendirá una y mil veces más.
Préstame Madre tu manto, para esconder mi maldad,
Préstame Madre tu manto, para esconder mi maldad,
pues cubierta con tu manto al cielo he de llegar.
Préstame Madre a tu Hijo, para poderle yo amar,
Préstame Madre a tu Hijo, para poderle yo amar,
y esa será mi dicha para toda la eternidad. Amén.
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