Señora santa Martha,
digna sois y santa;
De mi señora la Virgen
querida y amada,
de mi señor Jesucristo
y con la fiera sierpe encontraste,
brava y fuerte estaba,
con la cruz y el agua bendita
la rociaste y conjuraste,
la rociaste y conjuraste,
y en ella cabalgaste,
al gran pueblo la llevaste
y a los caballeros la entregaste
y dijiste y hablaste:
"humilde y atada".
Madre mía, santa Marta,
con aquellos conjuros que conjuraseis
a la serpiente,
me conjuréis a _______
y así me lo pongáis:
manso, humilde, amarrado,
como pusisteis a la serpiente.
como pusisteis a la serpiente.
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