Oh Virgen Santísima,
que quieres ser venerada
con el Título del Olvido,
Triunfo y Misericordias,
con promesas inefables
Alcánzanos de tu Hijo y Señor
que jamás nos olvidemos de Ti,
ni de Él, que triunfemos constantemente
del infernal dragón y que gocemos
de las divinas Misericordias
en lo próspero y adverso,
en la vida y en la muerte,
en el tiempo y la eternidad.
Amén.
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