Virgen de Consolación,
madre del Verbo Divino,
échame tu bendición,
guíame por buen camino.
Mi corazón a tus plantas
pongo, divina María;
entrégaselo a Jesús
Ave María,
santa y sagrada
quince mil veces
seáis alabada
y esta tu casa
sea librada
de robos, pestes, ruinas,
temblores y aniegos;
temblores y aniegos;
y todos los que la estamos habitando
seamos librados de desgracias y males,
pues a ti nos encomendamos
y tu protección y consuelo esperamos.
pues a ti nos encomendamos
y tu protección y consuelo esperamos.
Amen.
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