¡Oh, glorioso San Antonio!
Alma buena y gloriosa:
Bendigo Dios Nuestro Señor
que te hizo aparecer en el mundo
para beneficio de la humanidad.
Fuiste del agrado de Dios
y se complació en derramar sus dones
a través tuyo,
y por tus obras y acciones
se mostró Padre cariñoso y solícito
de todos nosotros, los mortales.
¡Cuántos desconsolados recurrieron a ti,
a tu benevolencia y caridad
para que les dieran alivio en sus penas!
¡Tú alcanzaste con tus oraciones
que las cosas perdidas fueran halladas,
que se restableciera en los matrimonios la paz,
y lograste ser llamado el Santo de los Milagros
por el gran número de ellos
que Dios obró por tu medio
para remediar las miserias, dificultades
y necesidades de las almas.
Te ruego que por tu mediación
Dios me conceda:
(hacer la petición)
Seas bendito y venerado
por los siglos de los siglos.
Amén
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