¡Oh Dios de gran misericordia!,
bondad infinita,
desde el abismo de su abatimiento,
toda la humanidad implora hoy Tu misericordia,
Tu compasión, ¡Oh Dios!;
y clama con la potente voz de la desdicha.
¡Dios de Benevolencia,
no desoigas la oración de este exilio terrenal!
¡Oh Señor!, Bondad que escapa nuestra comprensión,
que conoces nuestra miseria a fondo
y sabes que con nuestras fuerzas
no podemos elevarnos a Ti, Te lo imploramos:
Adelante con Tu gracia y continúa
aumentando Tu misericordia en nosotros,
para que podamos, fielmente,
cumplir Tu santa voluntad,
a lo largo de nuestra vida y a la hora de la muerte.
Que la omnipotencia de tu misericordia
nos escude de las flechas que arrojan
los enemigos de nuestra salvación,
para que con confianza, como hijos Tuyos,
aguardemos la última venida
(día que Tú solo sabes).
Y esperamos obtener lo que Jesús nos prometió
a pesar de nuestra mezquindad.
Porque Jesús es nuestra esperanza:
A través de su Corazón misericordioso,
como en el Reino de los Cielos.
Hacer una petición
a Jesús de la Divina Misericordia
rezando esta oración a las 3 de la tarde.
bondad infinita,
desde el abismo de su abatimiento,
toda la humanidad implora hoy Tu misericordia,
Tu compasión, ¡Oh Dios!;
y clama con la potente voz de la desdicha.
¡Dios de Benevolencia,
no desoigas la oración de este exilio terrenal!
¡Oh Señor!, Bondad que escapa nuestra comprensión,
que conoces nuestra miseria a fondo
y sabes que con nuestras fuerzas
no podemos elevarnos a Ti, Te lo imploramos:
Adelante con Tu gracia y continúa
aumentando Tu misericordia en nosotros,
para que podamos, fielmente,
cumplir Tu santa voluntad,
a lo largo de nuestra vida y a la hora de la muerte.
Que la omnipotencia de tu misericordia
nos escude de las flechas que arrojan
los enemigos de nuestra salvación,
para que con confianza, como hijos Tuyos,
aguardemos la última venida
(día que Tú solo sabes).
Y esperamos obtener lo que Jesús nos prometió
a pesar de nuestra mezquindad.
Porque Jesús es nuestra esperanza:
A través de su Corazón misericordioso,
como en el Reino de los Cielos.
Hacer una petición
a Jesús de la Divina Misericordia
rezando esta oración a las 3 de la tarde.
Nuestro Señor Jesús, en las revelaciones privadas a Santa Faustina, deseaba que todos los días se honrara aquel momento de su agonía en la Cruz, por esto le pidió: “Cada vez que escuches el reloj a las tres de la tarde, recuerda sumergirte en Mi misericordia, adorándola y exaltándola; invoca su omnipotencia para el mundo entero y especialmente para los pobres pecadores, pues fu e en esta hora cuando Mi sacrificio se llevó a cabo para todas las almas” (Diario, 517).“Es una hora de grande misericordia para el mundo entero” (Diario, 440). “En esta hora nada le será negado al alma que lo pida por los méritos de mi Pasión…” (Diario, 1320).
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