Oh! Todopoderoso y Eterno
Dios Padre Celestial,
tu que preparaste el precioso vientre,
cuerpo y alma inmaculados
de la siempre bienaventurada Virgen María
como digno refugio para Tu Hijo Divino,
y por la intercesión del mismo Espíritu Santo.
Tú, también santificaste a San Juan Bautista,
aún cuando estaba en el vientre de su madre,
y ahora yo te ruego que escuches
las plegarias de tu humilde servidora
que te implora y suplica,
me protejas de todo peligro
durante el periodo de la gestación
y vigiles a mi hijo con quien Tú,
deseaste bendecirme.
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