"Oye mortal,
el lamento de un alma aprisionada,
sola, triste, abandonada
sola, triste, abandonada
en este oscuro aposento".
Anima mía, Anima de paz y de guerra,
Anima de mar y de guerra...
deseo que todo lo que tengo ausente
o perdido se me entregue o aparezca.
¡Oh, Ánima,
la más sola y desamparada del purgatorio!
Yo os acompaño en vuestro dolor,
compadeciéndote al veros gemir
y padecer en el abandono
de esa dura y estrecha cárcel.
Deseo aliviaros vuestra aflicción,
ofrendándoos todas aquellas obras meritorias,
Anima mía, Anima de paz y de guerra,
Anima de mar y de guerra...
deseo que todo lo que tengo ausente
o perdido se me entregue o aparezca.
¡Oh, Ánima,
la más sola y desamparada del purgatorio!
Yo os acompaño en vuestro dolor,
compadeciéndote al veros gemir
y padecer en el abandono
de esa dura y estrecha cárcel.
Deseo aliviaros vuestra aflicción,
ofrendándoos todas aquellas obras meritorias,
que he pasado, paso y he de pasar en esta vida
para que paguéis vuestras culpas a Dios,
y alcancéis su gracia,
esperando me haréis el gran beneficio
de pedirle que dé a mi entendimiento
esperando me haréis el gran beneficio
de pedirle que dé a mi entendimiento
lo necesario para que yo cumpla su Santa Ley,
amándole sobre todas las cosas
como a mi único y sumo bien,
y a mi prójimo como a mí mismo,
como a mi único y sumo bien,
y a mi prójimo como a mí mismo,
pues así mereceré de su "Divina Majestad"
misericordia infinita y mi salvación.
misericordia infinita y mi salvación.
Rezar Cinco Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
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