!Oh misterioso espíritu de la buena suerte!
¡Hazte presente en mi vida!
Aparece siempre que yo juegue, en el azar,
en las loterías, en las apuestas.
Aparece cuando yo trabaje,
Aparece cuando yo quiera amor,
¡Ven a mi!
¡Quédate a mi lado por siempre!.
Desciende hasta mi humilde morada,
ilumíname para conseguir
por medio de los secretos azares de la lotería,
el premio que ha de darme la fortuna
y con ella la felicidad
que son puras y sanas
y que van encaminadas
en bien y provecho mío
y de la humanidad en general.
Yo no ambiciono riquezas
para mostrarme egoísta o tirano,
deseo dinero para comprarme la paz de mi alma,
la ventura de lo que amo
y la prosperidad de mi esperanza.
!Oh Soberano Espíritu!
Si tú crees que yo debo pasar todavía
muchos días sobre la tierra
sufriendo las incomodidades
que el destino me repara hágase tu voluntad;
yo me resigno a tu decreto,
pero ten en cuenta mis sanos propósitos
en este momento en que te invoco,
la necesidad en que me encuentro
y si está escrito en el libro de mi destino,
sean satisfactoriamente atendidos
mis votos que están expresados
con toda sinceridad en mi corazón.
Amén.
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