Virgen de Consolación,
madre del Verbo Divino,
échame tu bendición,
guíame por buen camino...
Mi corazón a tus plantas ,
pongo, divina María;
entrégaselo a Jesús
junto con el alma mía.
Ave María,
santa y sagrada,
quince mil veces
seáis alabada
y esta tu casa
sea librada
de robos, pestes, ruinas,
temblores y aniegos;
y todos los que la estamos habitando
seamos librados de todo mal.
Amén.
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