Madre mía Celestial
que me tienes reservado
no sé si es dolor o alegría,
pero se que en este día
en que me siento agotado
solo pienso en tu Hijo
que llevo su Cruz a cuestas,
que cargo todo el dolor
sin expresar una queja.
Cuanto sufrió Jesús
por el mundo y sus pecados,
y también pienso por Ti
tu dolor no se compara,
nada ni nadie en la tierra
sufrió lo que Tú sufriste.
por el mundo y sus pecados,
y también pienso por Ti
tu dolor no se compara,
nada ni nadie en la tierra
sufrió lo que Tú sufriste.
Y siento que yo, Virgen mía,
tendría que estar llorando
no de pena sino de alegría
por la carga que me das.
tendría que estar llorando
no de pena sino de alegría
por la carga que me das.
Madre: perdón
por tener estos malos pensamientos,
ahora me siento aliviado,
sé que estoy iluminado
y me siento resguardado con tu protección.
por tener estos malos pensamientos,
ahora me siento aliviado,
sé que estoy iluminado
y me siento resguardado con tu protección.
Amén.
(Tomado de las apariciones de la Virgen María
en San Nicolás, Argentina)
en San Nicolás, Argentina)
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